Señores, bienvenidos al mundo real. Este es el mundo con el que les toca lidiar. Y sí, no es fácil la cosa, pero ustedes no están solos, ni perdidos, ni vacíos. Recursos les sobran. Tienen que cruzar el muro, y para hacerlo cuentan con la llave que abre todas las puertas: la llave maestra. Es esa llave que nos hace llorar cuando nos olvidamos que una vez que amamos a alguien, no existe más la soledad. La llave maestra es esa capaz de abrir el candado mas cerrado, de despertar hasta al corazón mas dormido. Es una llave que va a girar una y otra vez, hasta abrir el candado. Es la llave de los milagros y la que abre las puertas de la fe, el grillete de las cadenas que no nos dejan caminar. Es una llave que nos vuelve osados, audaces. Nos abre la puerta de la rebeldía. Es capaz de abrir la celda de la prisión más segura… o una puerta a otra dimensión. Esa llave maestra, ustedes la conocen, y la tiene. Esa llave maestra, que abre todas las puertas, es el amor. No hay puerta que no se pueda abrir, ni cerradura que resista a la llave maestra. Todo lo que necesitas es amor, decían los Beatles. Tan simple y tan complejo como eso. Falta mucho amor en este mundo. Están matando la vida, la verdadera vida. Y la única esperanza, son ustedes. La única arma con la que cuentan, es el amor. Sean fuertes en su amor y serán poderosos. Todo lo que se necesita es amor… y claro, un poquito de esperanza.
Toda creencia en una cuestión de hecho.....deriva meramente de la unión de algún objeto presente a la memoria o a los sentidos y de una conjunción habitual entre éste y algún objeto, o, en otras palabras: habiéndose encontrado, en muchos casos, que dos clases cualesquiera de objeto, llama y calor, nieve y frío, han estado siempre unidos; si la llama y la nieve se presentaran nuevamente a los sentidos, la mente sería llevada por la COSTUMBRE a esperar calor y frío, y a CREER que tal cualidad realmente existe...Esta creencia es el resultado forzoso de colocar a la mente en tal situación. Se trata de una operación del alma inevitable....Es como una especie de instinto natural que ningún razonamiento o proceso de pensamiento puede evitar.....Y es que en los fenómenos referidos a cuestiones de hecho siempre se presupone la CREENCIA en el objeto correlativo....La proximidad a nuestra casa jamás puede excitar nuestras ideas si no creemos que realmente existe. Ahora bien, mantengo que esta creencia....sobrepasa la memoria y los sentidos....Cuando tiro al fuego un trozo de madera seca, inmediatamente mi mente es llevada a concebir que la llama aumentará y no que disminuirá. Esta transición del pensamiento de la causa al efecto no procede de la razón. Tiene su origen exclusivamente en la costumbre y en la experiencia....La costumbre hace a la idea o representación de la llama como más potente y vivaz que cualquier ensueño indisciplinado y fluctuante de la imaginación....Cuando una espada apunta a mi pecho, ¿no me alterará más vivamente la idea de herida y dolor que cuando se me presenta un vaso de vino, aún cuando se me ocurriese casualmente aquélla idea tras la aparición de este objeto?
lunes, 18 de octubre de 2010
En cierta ocasión se reunieron todos los dioses y decidieron crear al hombre y la mujer; planearon hacerlo a su imagen y semejanza, entonces uno de ellos dijo: "Esperen, si los vamos a hacer a nuestra imagen y semejanza ,van a tener un cuerpo igual al nuestro, fuerza e inteligencia igual a la nuestra, debemos pensar en algo que los diferencie de nosotros, de no ser así, estaríamos creando nuevos dioses. Debemos quitarles algo, pero, ¿Qué les quitamos?" Después de mucho pensar uno de ellos dijo: "Ah!! ya se! Vamos a quitarles la felicidad, pero el problema va a ser donde esconderla? Para que no la encuentren jamás". Propuso el primero: "Vamos a esconderla en la cima del monte mas alto del mundo"; a lo que inmediatamente repuso otro: "no, recuerda que les dimos fuerza, alguna vez alguien subirá, y la encontrara, y si la encuentra uno, ya todos sabrán donde esta". Otro dijo: "Escondámosla en un planeta lejano a la Tierra". Y le dijeron: "No, recuerda que les dimos inteligencia, y un día alguien construirá una nave en la que pueda viajar a otros planetas y la descubrirán, y entonces todos tendrán felicidad y serán iguales a Nosotros ". El ultimo de ellos, era un Dios que había permanecido en silencio escuchando atentamente cada una de las propuestas de los demás dioses, analizó en silencio cada una de ellas y entonces rompió el silencio y dijo: "Creo saber donde ponerla para que realmente nunca la encuentren"; todos voltearon asombrados y preguntaron al unísono: " Dónde? ". "La esconderemos dentro de ellos mismos, estarán tan ocupados buscándola fuera, que nunca la encontraran". Todos estuvieron de acuerdo, y desde entonces ha sido así, el hombre se pasa la vida buscando la felicidad sin saber que la trae consigo.
Entiendo a los malos… a los que hacen cosas horribles… los entiendo Creo que simplemente son gente que no tuvo otra alternativa. Entiendo a los malos porque sé, que simplemente, buscan a alguien a quien amar… Creo que nuestro corazón es como un motorcito chiquito que todo el tiempo busca y busca encontrar alguien a quien amar. No se cansa nunca. Aunque estemos vencidos, él siempre busca y busca, porque un corazón necesita amor. Creemos que lo que el corazón busca es alguien que nos ame, pero no. El corazón no es tan egoísta. Él sólo busca a alguien a quien amar, alguien que se deje amar. A veces nos pasamos cincuenta cuadras, equivocamos el camino. Y el corazoncito sigue ahí, incansable, diciéndonos: “no es por acá”. Pero no lo escuchamos. Sin embargo, al final, el corazón siempre se hace escuchar. ¿Cómo ignorar esos latidos que son las señales que nos indican el camino? Uno puede estar perdido, pero buscar el camino, ya es, en parte, encontrarlo. Aunque te gane la desesperanza, el dolor, aunque creas que es demasiado tarde, buscá en tu corazón, buscá en tu alma malherida. En algún lugar, fuera de tu burbuja, habrá alguien a quien amar.
Todos le tenemos miedo a las pesadillas… pero hay que tenerle miedo a los sueños felices, porque es de eso de lo que no queremos despertar. Somos cenicientas que borramos el número doce de todos los relojes, para que nunca llegue la hora en la que la carroza se convierte en zapallo. Vivir soñando es como tener una “tarjeta platino” sin límite, y que nunca te llegue el resumen. Si alguien te despierta cuando estás teniendo una pesadilla, se lo agradecés. Pero si alguien te corta un sueño feliz, lo querés matar, ¿no? Si sos optimista, un realista te resulta pesimista. Claramente, todos odiamos al despertador, pero qué sería de nuestra vida sin él. ¿Qué despierta un despertador cuando te despierta? Tus sentidos. Salís del sueño y empezás a ver, a escuchar, a oler, a sentir. Para poder despertar primero hay que desearlo. Luego intentarlo. Y después… dejar que ocurra. Todos me preguntaban ¿qué te pasa? Y yo les decía… “estoy re dormido”. Sin dudas, necesitaba un despertador.