lunes, 18 de octubre de 2010






En cierta ocasión se reunieron todos los dioses y decidieron crear al hombre y la mujer;
planearon hacerlo a su imagen y semejanza, entonces uno de ellos dijo:
"Esperen, si los vamos a hacer a nuestra imagen y semejanza ,van a tener un cuerpo igual al nuestro, fuerza e inteligencia igual a la nuestra, debemos pensar en algo que los diferencie de nosotros, de no ser así, estaríamos creando nuevos dioses. Debemos quitarles algo, pero, ¿Qué les quitamos?"
Después de mucho pensar uno de ellos dijo: "Ah!! ya se!
Vamos a quitarles la felicidad, pero el problema va a ser donde esconderla?
Para que no la encuentren jamás".
Propuso el primero:
"Vamos a esconderla en la cima del monte mas alto del mundo";
a lo que inmediatamente repuso otro:
"no, recuerda que les dimos fuerza, alguna vez alguien subirá, y la encontrara, y si la encuentra uno, ya todos sabrán donde esta".
Otro dijo: "Escondámosla en un planeta lejano a la Tierra".
Y le dijeron: "No, recuerda que les dimos inteligencia, y un día alguien construirá una nave en la que pueda viajar a otros planetas y la descubrirán, y entonces todos tendrán felicidad y serán iguales a Nosotros ".
El ultimo de ellos, era un Dios que había permanecido en silencio escuchando atentamente cada una de las propuestas de los demás dioses, analizó en silencio cada una de ellas y entonces rompió el silencio y dijo:
"Creo saber donde ponerla para que realmente nunca la encuentren"; todos voltearon asombrados y preguntaron al unísono: " Dónde? ".
"La esconderemos dentro de ellos mismos, estarán tan ocupados buscándola fuera, que nunca la encontraran".
Todos estuvieron de acuerdo, y desde entonces ha sido así, el hombre se pasa la vida buscando la felicidad sin saber que la trae consigo.

martes, 21 de septiembre de 2010

Alguien a quien amar!






Entiendo a los malos… a los que hacen cosas horribles… los entiendo
Creo que simplemente son gente que no tuvo otra alternativa. Entiendo a los malos porque sé, que
simplemente, buscan a alguien a quien amar…
Creo que nuestro corazón es como un motorcito chiquito que todo el tiempo busca y busca
encontrar alguien a quien amar. No se cansa nunca. Aunque estemos vencidos, él siempre busca y
busca, porque un corazón necesita amor.
Creemos que lo que el corazón busca es alguien que nos ame, pero no. El corazón no es tan egoísta.
Él sólo busca a alguien a quien amar, alguien que se deje amar.
A veces nos pasamos cincuenta cuadras, equivocamos el camino. Y el corazoncito sigue ahí,
incansable, diciéndonos: “no es por acá”. Pero no lo escuchamos.
Sin embargo, al final, el corazón siempre se hace escuchar. ¿Cómo ignorar esos latidos que son las
señales que nos indican el camino? Uno puede estar perdido, pero buscar el camino, ya es, en parte,
encontrarlo.
Aunque te gane la desesperanza, el dolor, aunque creas que es demasiado tarde, buscá en tu
corazón, buscá en tu alma malherida. En algún lugar, fuera de tu burbuja, habrá alguien a quien
amar.

El despertador!






Todos le tenemos miedo a las pesadillas… pero hay que tenerle miedo a los sueños felices,
porque es de eso de lo que no queremos despertar.
Somos cenicientas que borramos el número doce de todos los relojes, para que nunca llegue la hora
en la que la carroza se convierte en zapallo.
Vivir soñando es como tener una “tarjeta platino” sin límite, y que nunca te llegue el resumen.
Si alguien te despierta cuando estás teniendo una pesadilla, se lo agradecés. Pero si alguien te corta
un sueño feliz, lo querés matar, ¿no?
Si sos optimista, un realista te resulta pesimista.
Claramente, todos odiamos al despertador, pero qué sería de nuestra vida sin él.
¿Qué despierta un despertador cuando te despierta? Tus sentidos. Salís del sueño y empezás a ver, a
escuchar, a oler, a sentir.
Para poder despertar primero hay que desearlo. Luego intentarlo. Y después… dejar que ocurra.
Todos me preguntaban ¿qué te pasa? Y yo les decía… “estoy re dormido”. Sin dudas, necesitaba un
despertador.

miércoles, 15 de septiembre de 2010

La memoria inquieta!





Cuando falla la memoria, ¿qué es lo que falla?
Necesitás recordar la dirección de tu casa para saber a dónde volver. Necesitás recordar tu nombre
para saber quién sos.
¿Por qué hay cosas que olvidamos y otros recuerdos que nos persiguen sin descanso?
¿Uno se aferra a los recuerdos, o los recuerdos se aferran a uno? Te atrapan y no te sueltan. ¿Qué
quieren los recuerdos? ¿Por qué insiste tanto la memoria?
¿La memoria es el pasado que quiere seguir siendo presente?
La memoria tiene vida propia; no es uno, sino ella la que elige qué cosas deja morir en el olvido y
qué cosas mantener vivas.
La memoria es como un rompecabezas: fichas, piezas sueltas que uno tiene que ir reacomodando…
Tener experiencia en realidad es tener buena memoria.
La memoria es una boxeadora que pelea contra el olvido: a veces tira la toalla y a veces gana por
knockout, pero siempre lucha.
Sobre todo, la memoria… está viva. Es incansable, persistente y muy inquieta.
No sólo ES inquieta… sino que TE inquieta.

martes, 14 de septiembre de 2010

Criptonita!







El destino es como un ejército de hormigas laboriosas. Miles de hormiguitas haciendo su parte del
trabajo. Uno cree que controla su vida, pero el destino, lentamente, se va configurando. Una serie de
circunstancias, decisiones y casualidades, van construyendo el destino.
El destino es un gran chef que mezcla lo ingredientes, preparando el plato que tiene para nosotros.
Es una maquinaria precisa y minuciosa que va reuniendo todas las piezas.
El destino es como un señor muy viejo y sabio. Es un profesional, de todas las profesiones. A veces
es un guionista: urde y entrelaza la trama con pericia, dando giros en la historia, permanentemente.
El destino también es ingeniero. Hace grandes construcciones, joyas de la ingeniería, encaja las
piezas, con precisión.
El destino también es estratega. Mueve las fichas, despliega sus tropas en el campo de batalla y sabe
cómo dar su golpe certero.
El destino, es también un superhéroe con poderes ilimitados… puede todo. Puede con todo.
Pero como todo superhéroe, tiene una debilidad.
La debilidad del destino son las decisiones humanas.
Eso es lo único que puede cambiarlo.
Como una simple piedrita verde puede debilitar a Superman, lo único que puede cambiar el destino,
son tus decisiones.